Las claves de la dirección: conocer la trascendencia del trabajo diario
- npicazovillasenor
- 25 abr 2023
- 3 Min. de lectura
Hace varios años alguien me dio una lección de lo importante que es aprender a reconocer la importancia de tu trabajo y de disfrutar de ello, ahora te cuento cómo paso.
En aquellos años me encontraba colaborando en un gran centro de diversiones en la Ciudad de México, sólo trabajaba en los periodos vacacionales de la escuela y en los fines de semana. Mi trabajo consistía en vigilar y estar atenta a los visitantes, que cumplieran con las normas del parque de diversiones y contribuir al orden, apoyar a los comercios y eso implicaba dar miles de pasos durante todo el día.
Un sábado llegué muy temprano a trabajar y tuve que esperar afuera de la reja de entrada, ahí estaba yo recargada en la reja mientras miraba como llegaban autobuses de diferentes lugares llenos de niños que venían con mucha ilusión a pasar ¡todo un día de diversión!, la verdad es que yo llegaba cada sábado igual de emocionada pero terminaba el domingo por la noche prometiendo que no volvería por lo cansada que terminaba.
En eso estaba cuando un señor que se encontraba en la puerta de entrada salió un momento y se me acercó, me preguntó -¿Trabajas aquí?- sí, soy vigilante del parque, le respondí. Un poco en reciprocidad más que por saber, le pregunté ¿y usted qué hace? y me respondió: - ah Señorita ¡yo tengo el trabajo más bonito de todos! - ¿sí? le respondí algo incrédula, - ¡sí pues a mi me toca abrir la puerta !, en ese momento recuerdo que pensé, que señor tan loco ¿cómo puede ser que ese trabajo sea el más bonito?
Espere un rato más y ya cuando se acercaba la hora de entrar, el señor de la puerta me dijo - ¿Te gustaría ayudarme a abrir la puerta?- me encogí de hombros y le dije ¡sí!, después de todo no estaba haciendo nada más que esperar. Pase adentro por un costado de la puerta, para ese momento ya había una fila de niños, más o menos calculo que unos 80 niños acompañados de profesores y padres de familia que venían de diferentes sitios del interior de la República Mexicana. Los niños brincaban de emoción, parecía que "vibraban" al esperar poder ingresar.
Entonces el señor de la puerta me indicó señalando con su mano hacia el costado derecho de la puerta: ahí hay un botón que debes apretar cuando yo te diga, yo haré lo mismo de este lado. Entonces me hizo la señal de apretar el botón y al momento la reja comenzó a abrirse despacio al tiempo que se escuchaba una música muy alegre, los niños abrieron los ojos, sus caritas se iluminaban de la emoción, respiraban hondo y fuerte y corrían hacia el interior directo a las taquillas de entrada, sin duda tanta emoción se contagia y ahí fue cuando entendí todo.
Tiempo después de esta experiencia tuve oportunidad de reflexionar sobre esa ello y me di cuenta de lo importante que fue para mi conocer a alguien que era capaz de apreciar la importancia de su trabajo y no sólo mirarse como el que cuidaba la puerta o el vigilante que le tocaba abrir el centro de diversiones.
Cuando cada persona conoce por qué es importante su trabajo, cuál es su impacto, en qué beneficia y cómo puede afectar cuando no se hace, es ahí cuando dejamos de hacer las cosas por rutina y comenzamos a realizarlas con esmero, conciencia y corazón. ¿sbes lo importante que eres si tu ayudas a limpiar los lugares de trabajo?, Qué haríamos sin el personal técnico en una empresa, qué terrible es un día sin cafetería, que importante es que llegues puntual como médico a tu consulta, y así podemos seguir.
Asegúrate que cada uno de tus colaboradores conozca la trascendencia de su trabajo y lograrás un mayor compromiso y cumplimiento del mismo.



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